martes, 1 de julio de 2008

El padre de Blancanieves es puneño


Observen el vuelo de la abeja. Va de flor en flor, hace
sus libaciones. Ustedes se enteran de que va a transportar
en sus patas el polen de una flor al pistilo de otra flor. Eso
leen en el vuelo de la abeja. En un vuelo de pájaros que
vuelan bajo –se le llama un vuelo, pero en realidad es un
grupo a cierta altura– leen que se acerca una tempestad.
Pero ellos ¿leen acaso? ¿Lee la abeja que ella sirve para la
reproducción de las plantas fanerógamas? ¿Lee el pájaro el
augurio de la fortuna, como se decía antes, o sea, de la
tempestad? Ése es el asunto. Después de todo, no se puede
afirmar que la golondrina no lea la tempestad, pero
tampoco es seguro.
Walter Paz