domingo, 17 de febrero de 2008

Sobre mi viaje a Puno

Recuerdo el primer viaje que hice sola. Tenía unos escasos 20 años... quienes me conocen recuerdan lo tímida que era en esos tiempos -sí, aún más que hoy-. Gracias a un grupo que formaba líderes conocí a personas de Arequipa, Puno e Ilo. Le guardo un cariño especial a toda esa gente. Por ello, fue una grata sorpresa el enterarme que el segundo encuentro nacional sería en Puno, lo cual implica para los humildes mortales que viajan por tierra pasar por la maravillosa ciudad de Arequipa-el primero había sido en Lima-.

Nunca había viajado sola, jamás! Lo más lejos que había ido al sur era Chincha, a los 7 años. Al norte, a los 14, Huaráz, ello porque la idea de una fiesta de 15 años me daba náuseas, así que le pedí a mi madre me llevara lejos de la pompa y el horrendo vals.

Así que a los 20 la posibilidad de irme sola, a lo que para mí era el fin del mundo, convertía el viaje en una total aventura. Además, está el super plus de que un detestable "ex" estaba rondando y amenazaba con usar su floro barato y otra vez regresar... entonces la testaruda que hay en mí se negó una vez más a reiniciar una relación con semejante ser. Ahí el viaje a Puno se presentaba como la posibilidad de lejanía y perspectiva respecto de la vida y Lima y todo en general.

Entonces, llamé a mi buen amigo El zorro de arriba, Gabriel Apaza, para autoinvitarme unos días antes a Puno. El aceptó muy contento. Los siguientes días se limitaron a hacer preparativos, comprar pasajes, desempolvar ropa de invierno -en verano- etc, etc.

Llegó el día del primer viaje, la ruta era Lima- Arequipa, y el siguiente sería Arequipa - Puno. (Gabriel escribió diciendo que me esperaba en Juliaca). Creo que ya dije que nunca había viajado sola, y mi madre como para aumentar la ansiedad, me consiguió el asiento panorámico, es decir, en el segundo piso del bus, adelante, como si el camino a Arequipa no fuera lo suficientemente sinuoso. Amanecí un martes en Arequipa con un sol precioso y un agradable frío. Mi buen amigo Gonzalito fue a recogerme y me llevó al colegio San José y me dio un mini tour por la sala de cómputo y el pasillo donde cuelgan las fotos de todas las promociones, y luego como me vio desfalleciendo de hambre, ofreció llevarme a tomar desayuno, y a comprar mi boleto de ida a Puno. Así fue, pasé una alegre mañana con Gonzalito y Jimmy -un amigo suyo- me introdujeron al maravilloso mundo de las Salteñas, a tomar mi cola Escocesa y Energina, y a comprar mi boleto a Puno vía Yura. Luego descubrí que si la subida a Arequipa, marea, la subida a Puno, no tiene comparación. La presión era demasiado. Además, cuando salí de la ciudad hacía calor. Llegando a Puno el frío se intensificaba y solo llevaba una blusa y un bbd.

Llegué finalmente a Juliaca, me moría de sueño, mareo y frío. Lo único que pronuncié bajando del bus, a las 6 de la tarde fue: Gabriel'!!!!!!!!! y lo abracé y me llevó en taxi a un hostal bastante deseable. Me quejé mucho y lo único que recuerdo es tomar mucho, pero mucho mate de coca, y dormir bajo acogedoras frazadas. A la mañana siguiente. Me desperté como nueva... respirando aire puro, con una luz brillante, un día cálido, y yo, feliz! Jamás me había sentido tan bien, y tan lejos de casa, sin los ruidos de la jungla de concreto que aturden y desconcentran, sin "ex" que moleste... en fin... no se podía pedir más.

En ese viaje fui a los Uros, conocí esas bellísimas islas flotantes, caminé y caminé -tres cuadras- hasta perder el aliento. Conocí el delicioso y reconfortante Watsapata, si así se escribe, caminé bajo la lluvia... lluvia de verdad!!! Conocí los truenos, destrocé mis zapatillas con la lluvia, y me renové totalmente en esa tierra encantadora.

No puedo guardar mejor recuerdo de ese viaje, salvo la cara del adorable Zorro de arriba -niño de 30 años en ese entonces- que me dijo: "Tengo sueño, voy a dormir!" y se subió a mi cama y durmió. Recuerdo lo mucho que ese viaje me ayudó, el viaje físico, y el viaje interno, la búsqueda del nostos, regreso a mí misma, el viaje iniciático tal vez. Ahora, estoy a las puertas de realizar un nuevo viaje, ojalá fuera físico... pero este es un viaje interno, es hora de renovar cosas, de cambiar otras... y de seguir creciendo... es agradable estar en casita y en camita... pero ya es hora de salir a ver el mundo que me toca.

Saludos Bloggeros de Puno.

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