lunes, 14 de enero de 2008

Orquidea Sideral

Boris Espezúa Salmón

La Oficina de Proyección Social de La Universidad Nacional del Altiplano, ha editado recientemente el Poemario “Orquidea Sideral” de Alfredo Quispe Tutacano, se consigna como subtitulo en la portada del libro que es Literatura Chaya, lo que entendemos que significa que pertenece a La Nación Quechua, de estirpe de Ayapata, Distrito de Macusani de donde es oriundo Alfredo Tutacano. El libro ha sido esperado durante varios años, y casi una década demoró su publicación habiendo fraguado su contenido para demostrar un mejor resultado y perfilamiento.

Antes de comentar la poesía de Alfredo Tutacano, es necesario resaltar de modo especial las ilustraciones que tiene el libro del conocido pintor puneño Benigno Aguilar Paucar, que además de poseer un estilo particular, y un compromiso con el altiplano,con sus costumbres y culturas, articula los diversos poemas de modo complementario, reforzante y pertinente, algo que se ha venido perdiendo en los últimos años, donde los poetas ya prescinden de las ilustraciones, que era característica de importantes poemarios y las clásicas revistas como “Amauta” o “El Boletín Titikaka” por ejemplo que ilustraban sus páginas con pintores de la talla de José Sabogal, José Malanca, Amadeo Landaeta, Florentino Sosa y otros.

La poesía de Alfredo Tutacano es una propuesta por aperturar nuevas posturas experimentales en la llamada temática y expresión andina, donde se trata de innovar el texto poético en comparación a nuestros antecesores como Alejandro Peralta, Dante Nava, Gamaliel Cuarta, o al propio Efraín Miranda, quienes de modo singular han planteado formas expresivas de la poesía andina, pero, que deben ser mejoradas o diferenciadas, las generaciones posteriores ante ellos tienen ese reto que aún de modo consolidado no se encuentra con claridad y solidéz, en los poetas que prosiguen hasta este siglo que se inicia. En este escenario Alfredo consecuente con su identidad y origen rescata en su poesía el mito,Un lirismo bronco, las raíces ancestrales por los cuales el hombre en este tiempo se encadena, se aleja de sus apus tutelares, del sosiego del ande y de la esencia que lo prefigura en su existencia. El titulo del Libro Orquidea Sideral, contiene una cantata de imprecación, de alegato, de respiro histórico que suscita una reflexión medular para voltear la mirada por nuestros pueblos andinos, a revitalizar los amarus que llevamos dentro, y mostrar al universo la belleza escarchada e por el olvido de nuestros pueblos. Desde el punto de vista de la composición Alfredo Tutacano con esta primera entrega nos muestra no un poeta inicial, sino un talentoso sentidor y conocedor de la belleza poética que promete un gran futuro, silencioso y firme para la poesía peruana. Versos como: “ Son las partículas del dolor, que se disgregan de los tejidos vitales de rocíos sangrientos…Tu, esperarás que el destino de unte de colirio y el tiempo te envuelva con tus cataplasmas” En estos versos, el autor cruza los vientos, impreca su origen y su fin, y añora el amor como una orilla rasmillada por la luna. En otros versos se verá al poeta estacado en la tierra, beligerante, guerrero cuando señala: “ Waynacapac: “El poderío de tu honda, ha desintegrad, las centurias de humillación, de los valles rebelde, de la hoja hierática, de los alaridos de libertad. Proporcionas fortaleza a los illapas, a los halcones albos, donde haces emerger generaciones nuevas en las comarcas” La fuerza sideral del cosmos del ande, se siente como el silbido bronco de las alturas, donde el poeta reúne las tempestades y la nueva sangre para un nuevo tiempo.

La poesía puneña tiene en sus exponentes varias opciones que seguir y que reencontrar, Alfredo Tutacano elige la opción de la temática andina siendo con ello coherente en su postura ontológica, utiliza el andamiaje experimental de la poesía occidental para la construcción de sus metáforas, y sin caer en un formalismo positivista donde el rostro y el cuerpo andino desaparece, o queda como pincelada pintoresca, y donde muchos consideran que hay que vaciar el lirismo para hacer mejor poesía, lo que es un contrasentido, porque el lenguaje perfilado no es nada, sino tiene contenido, semántica y expresividad el Ícaro verbal que se consigna. Por ello bienvenido a la poesía de Alfredo Tutacano, con él Puno gana un poeta más, y se suma a la fuerza de David ante una masa insomne, y envilecida de prejuicios a lo Hércules que convencionalmente cree que ser poeta es ser débil, tener una presencia chistosa o disminuida de existencia, y que involucrarse en la literatura, es optar por la mariconada, por lo subalterno y la marginalidad. Cuando si supieran que la poesía es la dedicación más excelsa y más álta incluso que la filosofía como lo reconocía Aristóteles, y es la fundamentación del hombre por la palabra como lo asevera Heiddegger, y el paraíso que se trae a la tierra para hacernos la vida menos infeliz. Felicitaciones Alfredo.