martes, 30 de octubre de 2007

Sobre la novela de Fidel

Anónimo dijo...

FIDEL: “Apresúrate artista a realizar tu obra, porque cuando menos lo esperes, la muerte ha de helar tus venas y paralizar tu brazo que sostiene tu pluma, tu pincel o tu buril… Y entonces de ti no quedará sino un recuerdo débil que el tiempo se encargará de borrar; no serás para los hombres sino un cualquiera. Habrás muerto, pues, dos veces, y no es menos terrible la segunda”, apuntaba un escritor dirigiéndose a otro. En este caso es necesario forzarlo para dirigirse a ti Fidel: escribe unas 60 novelas y poemarios más para que puedas registrarte en la Historia de la Literatura –por la cantidad, desde luego-, porque a tu edad ya jamás superaras la mediocridad. Tu poemario es una estafa literaria y tu novela es un relleno de tu hambre de inmortalidad. De la Literatura Puneña, no te preocupes. Falta poco para que te declaren el Nuevo Vicente Benavente o el heredero legítimo de José Luís Ayala. La sarta de imbéciles y figuretis que conforman la “intelectualidad” puneña intitula de “intelectual” a cualquier hijo de vecino que publica cualquier cosa. Ese círculo de amiguismo no se romperá en mucho tiempo y, además todos tenemos miedo de que recurriendo a tus patrañas enlodes nuestros nombres como hiciste con el único que se atrevió en público a decirte MEDIOCRE. A Gabriel Apaza le insultaste como quisiste. Lo de Juliacamia fue obra tuya, con el servicio ramplón de otros dos envidiosos como tu: Darwin Bedoya y Walter Bedregal. Pero nunca diste la cara, te limitaste a escupir los peores insultos y resentimientos. Incluso en Los Andes, no te atreviste a escribir su nombre. Eso te pinta de cuerpo entero. Eres un miserable. (este Blog también debe ser obra tuya. Difícil tragarse que sea de Chuquipiunta, Darwin o José Luís Velásquez como pretende insinuarse). Felizmente ese pequeño comentario sobre tu novela de Gabriel Apaza se comparte con mucha alegría en los emails de los escritores. No sorprende que no aparezca en este Blog que se caracteriza por copiar de todo. Tu bullicioso afán de sobrevivir a la muerte es lo que te angustia y te vuelve demonial. Hace desesperar tu debilidad. Por eso, escribe, llena de lo que sea tus “libros”, forzado por tu necesidad de Intelectual. Llena como sea tu impotencia mediocre. No tomes en cuenta que como literato estas sofocado para siempre